20 ene 2008

Locura, sólo para cuerdos

¿Será mañana ese día extraordinario? Tengo tantas preguntas... ¿Qué pasará? ¿De qué manera? ¿A qué hora?
Estoy muy emocionado... ¿Encontraré algún valor en mí? ¿Alguna habilidad? ¿Encontraré a una persona, algún compañero quizás… que me haga sobrellevar este dolor? ¿Tendré un nuevo proyecto de laburo? Ay... sé que eso ocurrirá... muy pronto... mañana, sí, tal vez mañana.
Sólo tengo que esperar... estoy muy nervioso, la comida no me pasa por la garganta, no puedo dormir...
¿Seré la víctima de algo tan bueno en mi vida? ¿De algo extraordinario que atraiga la envidia de los demás? Ay, ojalá, ojalá...
¿Y si mañana no es ese día? ¿Si no encuentro ninguna fuente de emoción? ¿Felicidad? ¿Alegría?
Tal vez sea uno de esos rutinarios y aburridos días, en la oficina... Cuando sin siquiera saludarme se dirijan a mí de una manera en la que pareciera que hubiera llegado a las 9 de la mañana, cuando tendría que haber llegado a las 8 (digamos que llegaría a las 9 menos cuarto). "Midanccino, llegás tarde al trabajo, hoy teníamos una reunión, ¡Pero pucha! Dale, completá la ficha y a laburar, a ver... ¿Qué excusa inventás hoy? ¿Los peces te mearon toda la ropa y no tenías q ponerte?"
A la nochecita, en los chinos de la vuelta; una sola caja disponible, mientras tengo q bancarme a la señora de adelante que se lleva el almacén entero, y luego... la terrible pregunta tan NO deseada... "no tengo cambio... ¿Te puedo dar un caramelo?”
Llegar a casa, que se me queme la comida... Y envolverme en mi tan allanada soledad…
Qué triste realidad la mía… pero no, va a cambiar, yo lo sé, mañana será un buen día, que me cambie los restantes.
¿Y si ese día no llega mañana? Y buen, tengo toda una vida por delante, bah… aunque tengo 48 años… ¿Es mucho, no? Ay, estoy viejo, pareciera ayer que era tan solo un pibe que jugaba un picadito en la plaza de al lado…
Por favor, que ese día, que esa “cosa” tan esperada… llegue mientras esté vivo, aunque… ¿Y si ese día es tan solo el de mi muerte? Y yo soy una mala persona que no sabe apreciar los valores de la vida y que merece perecer? No, demasiado… por si no sabían, ¡La muerte no se le desea a nadie! Más vale q no me la ansíen a mí… eso espero.
Creo que dando tantas vueltas, haciéndome tantas preguntas, manifestando tantas inquietudes… lo único q hago es atrasar la llegada de mi día, mi gran día… en el que hago uso por primera vez de esa sensación espiritual, cristiana… (Aunque también la hay musulmana, budista… pero hablo de la cristiana) llamada… “fe”.
Reflexiona unos minutos, luego, agrega:
Aunque pensándolo bien… no seamos ilusos.
Lo mejor que puedo hacer es dormirme…, ¡Sí! dormirme para siempre, cerrar los ojos y no volver a abrirlos más, si total… ese día, esa cosa tan anhelados, no llegarán. Prefiero ser infeliz en la eternidad, a serlo acá, en lo que estas personas extrañas que me rodean llaman vida. Basta de escribir textos ridículos, sin sentido, que llenan de una sensación extraña al que más adelante los lea… que sepa que nunca fui feliz… que nunca superaré la muerte de mi esposa.

Faa, que texto viejo, si lo rehiciera seguro que haría demasiados cambios, por eso lo dejo como hace un año exacto atrás. Por supuesto, con unas comitas de más, pero eso es lo de menos, ¿No?